Irrigando el sendero hacia el viejo origen, hacia la patria de todos los soles.
Irrigando con nuestra propia sangre con tal de embriagarnos en esencia de verdad.
Labrando como buenos siervos, alimentando la hoguera de la imaginación pura
Rugiendo sinfonías de alerta a los supremos, que despertarán ansiosos de aquel inmenso letargo
Despertarán, nos observarán, nos oirán:
¡Ea, que nosotros somos sus hijos, y hemos permanecido inmanentes en este lago de cenizas!
¡Ea, que por ustedes nuestra lealtad ha desconocido medida, incluso por aquellos que ni les han oído mencionar!
¡Ea, queremos sentir su rabia caer sobre el suelo de quienes han mancillado nuestra herencia!
¡Ea, que esta herencia en nuestro espíritu, en las entrañas de nuestra esencia ha permanecido intacta!
¡Ea, padres y madres, hermanos y hermanas! ¿Pueden escucharnos? ¿Pueden sintonizarnos? ¡La espera ha terminado! ¡El viejo Zeitgeist ha muerto! ¡El tirano yace en el núcleo del sol, alimentando al padre como un eterno carbón sólido y nutritivo, perpetuando la eternidad de éste a través de la oscuridad mineral del otro!
El puente haciéndose entre el cielo y la tierra
Se elevan los defensores en pos de saludar a aquellos
que nos han mandado a defender
Gritos desaforados son el saludo, muertes purificantes son el festín
Ya podemos izar la bandera, se ha erguido ante nos la patria del origen
¡Salve el eterno brillo, la luz de la estrella del alba!
¡Salve el rey de la raza humana!
Volvemos a la placenta cósmica,
y el futuro siempre nos ha pertenecido
El Ciudadano Salvaje 